La característica más notable de las plantas cultivadas es su riqueza varietal  Se conoce unos 5.000 cultivares  de arroz, 200 de yuca, y alrededor de 300 de café arábico; es difícil  encontrar en especies silvestres una diversidad comparable.
Esta diversidad que aumenta cada día, da a las especies cultivadas una plasticidad que permite extender su cultivo a nuevas áreas. La riqueza varietal es el resultado de la selección  por el hombre de plantas individuales sobresalientes por tamaño, color,  sabor y otros caracteres atrayentes, de multiplicarlas en miles o  millones de individuos, de conservar las variantes nuevas que en ellas  aparecen, de extender su cultivo a ambientes diferentes y de buscarles  usos nuevos o distintos.
La diversidad varietal,  característica de las plantas cultivadas, muestra en algunos cultivos  una riqueza en formas que no tienen comparación con las especies  silvestres correspondientes, que son mucho más homogéneas. Es posible en  las ornamentales, que han estado bajo un proceso intenso de selección  en el último siglo, donde las variantes en tamaño, forma y color son más  numerosas y contrastan más con las formas originales, de muy poca  diversidad en esos caracteres.
En las hortalizas la col, Brassica oleracea, es un ejemplo notable. En esta especie las plantas primitivas son plantas de hojas planas y espaciadas e inflorescencias terminales poco ramificadas. Por fijación de mutaciones o híbridos se seleccionaron,  por una parte, plantas con hojas semiarrolladas como las berzas; en  otros cultivares la selección se dirigió a obtener masas compactas de  hojas, solitarias y terminales en el repollo, axilares, numerosas y de menor tamaño en la col de Bruselas. En los repollos hay, además una diversidad amplia en color y textura de las hojas.
Otra tendencia por la cual se ha seleccionado cultivares en la forma y color de las inflorescencias: sueltas y verdes en el brócoli, compactas y blancas en la coliflor.
Una  tercera línea de selección por la forma del tallo, que es delgado,  cilíndrico e incomible en las formas primitivas, ha llevado a obtener  cultivares de tallos gruesos y suculentos como el nabo col y otros tipos afines. Hay otras variantes, como los bretones,  caracterizados por hojas grandes y recortadas. Se conoce además, por  datos históricos, tipos de coles que han desaparecido del cultivo.